Los productos que pasan de una unidad económica a otra no se distribuyen, en general, en virtud de órdenes administrativas; la mayor parte de estos productos circulan en virtud de actos de compra y de venta que dan lugar a pagos. Por eso en la mayoría de los casos, no hay distribución de los productos sino circulación de mercancias; hay una moneda y hay precios, es decir (al menos aparentement) que hay categorias mercantiles, por lo que hay también un sistema de contabilidad en precios, un sistema de cálculo monetario y salarios diferenciados. Esta realidad compleja, esta combinación de la propiedad del Estado socialista y de la planificación social, por una parte, y las categorias mercantiles por otra parte, puede estar en aparente contradicción con algunas de las descripcionesd anticipadas que de la sociedad socialista hicieron Marx o Engels^ies